Rosendal’s garden

En agosto del 2019, a la semana de llegar a la ciudad, cogí uno de los ferris que salen de Nybrokajen. Pasado Gröna Lund, conté dos paradas y me bajé. Casi sin mirar en qué parte del mapa me encontraba, caminé sin rumbo.

Después de una parada técnica para comer del tupper en unos jardines, me fijé en unos invernaderos de cristal a lo lejos. Había bastante movimiento de gente y, aunque hacía calor (sí, calor en Suecia) no dudé en investigar un poco más antes de volver al centro. Sentí que había descubierto América.

Rosendals Trädgård es una Fundación que promueve las prácticas de cultivo biodinámico. A parte de las extensiones de jardín, donde los ciudadanos pueden alquilar su propia parcela o los visitantes confeccionar su propio bouquet, disponen de restaurante, tienda de productos ecológicos y vivero.

En el restaurante se puede dar rienda suelta a la gula con su buffet de dulces. Cada semana tienen menú de mediodía. Todo hecho con productos cultivados en el mismo jardín. La tienda es un placer para los sentidos. Atrae especialmente su rincón de panadería, y siempre se pueden degustar sus elaboraciones con algo de mantequilla, mermelada o mostaza. En cuanto al vivero, mi espacio favorito, es un espacio de cambio según las estaciones del año. En cuanto a producto y a exposición. Por esta razón volví en invierno, cuando los jardines están “muertos” y el gentío se concentra en el interior del comedor. La experiencia fue igual de sorprendente.

Para quitarle algo de épica a esta historia, debo decir que Rosendals está a 15 min caminando des del Nordiska Museum, es decir, bastante cerca del centro. Por lo tanto, no es de extrañar que no sólo locales sino turistas acaben allí. No es ningún secreto. Simplemente, cogí la ruta más larga… ¡y de lo que me alegro!
















Etiquetas: , , , ,